jodida y radiante

Quien diría que a estás alturas de la vida tengo un ejercito de angeles guardianes que me quiere con la boca grande y los ojos de par en par. ¿Quién lo diría? Duermo sola en una pequeña cama, si me rallo se vuelve grande, enorme. Busco todas las noches el clic del zoom y hoy sin encontrarlo miro la cama de noventa y me digo, si eres ideal para mí. Igual me hecho gigante, la ropa me vale, no me doy con el techo, así que va a ser que no, soy la misma de siempre pero, un momento, no soy la misma de siempre. He dormido dos horas, buen garrafón y mejores ojeras. ¡Ala guapa! A trabajar, no tocaba otra y bueno... allí estaba Remi, un ángel negro. Siempre hablamos, estoy siendo imprecisa, gritamos, susurramos y si se tercia, un tonteo, inofensivo, saludable, descarado. La tiene grande, es un rumor a voces, él me lo cuenta y lo de siempre “Oye tía, vamos a follar de una vez” Que sí al escorial, a la pensión, en mi casa si sabe que estoy sola... Y cuando lo dice suele echar una carcajada de tío malo de peli. “Si lo pruebas te vas a enamorar y ya sabes, yo soy un hombre muy ocupado” “Puede que un día, borracha...” “Yo te compro el whisky”. Y entonces los dos echamos a reír. He estado de vacaciones y diez días sin este ángel, han sido suficiente para sentir lo mucho que le echaba de menos. Bueno, entre otras cosas, le he dicho esta mañan, sin pensar: “Cada día te quiero más” Así, sin miedo, sincero y cabrón (me lo robo). “Yo a ti también, lo que he luchado porque estés aquí, con lo cazurra que te pones a veces” Y hemos seguido cada uno a la nuestro queriéndonos un poquito más. El mundo me ha parecido bonito y otro ángel ha entrado en mi mente, Jose. Jose, bueno Jose, es guapisimo, le gusta beber para emborracharse sin llegar a gustarle, pone unas caras. Me convence para que sea su borracha particular siempre, me cago en sus muertos en el metro camino del trabajo legañosamente legañosa mientras el duerme, duerme ángel. A ver, como lo digo sin que suene mal, siempre nos tocamos, nos tocamos mucho. No hay forma de ligar así, y él es gay y yo estoy harta de los hombres. Al final, como siempre, acabamos besándonos, abrazados, regateando con los chinos unas cerves, el arroz o tallarines. Ayer se sumó el bocata de tortilla francesa que intentamos comer con la boca abierta y la risa. Con pocas personas me río tanto. Y en la salida de un antro, en uno de mis espasmos por la vida, apunto de caer e irme a por un taxi, Joselito, además canta mucho y muy bien, me puso su particular colchoneta hinchable “Loca, tú eres muy fuerte” “No me apetece entrar ahí otra vez, me voy a casa” “Te invito a tallarines ¿Eh?” “Prefiero arroz” Y así se evaporó el precipicio al que iba, el mundo fue bonito otra vez. Hablando de angeles es inevitable no pensar en demonios, a esos los dejo para otro momento, cuando quiera destriparme con un palillo incado en los genitales, con una fusta o en la cruz, más hoy no hago penitencía. Tengo unos angeles guardianes adorables y yo ando cansadita de escribir, creo que los que me faltan tendrán su lugar en otro momento(aunque ya lo tienen para mí). Esta vez digo, te digo, redigo y si me repito, que os follen, que os aguarden, que os quieran, ángeles por vosotros, salvavidas, Remi, Jose, por vosotros me quiero a mí misma. Hay deudas que no se pueden saldar.