Alíñame
la luna corresponde a los locos
y no puedo competir...
así que sólo espero que ella no me quiera
desnudándote-me
porretas
-
Por el pasado llorarás. Chester Himes - Soy consciente de que mucha gente se deja guiar por la cubierta de un libro como primer punto de atracción. De hecho me ha pasado. Pero, si soy s...Hace 3 días
-
-
in the mirror - Se acaba de caer al suelo, borracho como una cuba, que es una expresión que nunca me ha acabado de convencer, pero ahí está, con el hocico enterrado en est...Hace 1 año
-
TIENE LA PALABRA EL JEFE DE LA OPOSICIÓN - Ignoro cuáles eran los concretos motivos del consejo editorial del diario *El País *para negarle el pan y la sal al presidente Gutiérrez, pero lo que sí pu...Hace 1 año
-
Rorschach Libros 2023 - 1. Julio Cortázar - Rayuela *Obra Maestra (5)* 2. Charles Bukowski - Abierto Toda La Noche *Entretenido (3)* 3. Juarma - Punki. Una histor...Hace 1 año
-
Cada oveja con su pareja - Con esta historia participo en el concurso de Zenda *#HistoriasdeAnimales* *CADA OVEJA CON SU PAREJA* Al principio las mariposas siempre revoloteaban...Hace 1 año
-
Camino de Valdeolmos - La infancia puede ser verdad o una rueda de bicicleta pinchada cerca de Valdeolmos. Un sonajero de viento en las retamas secas. Caminos agrietados desaguan...Hace 1 año
-
Café y cenizas - Vuelve si el mundo es una almohada. Tiene llave de cada casa en que viví. Ocupa mi lugar. Fuma en la cama. Se bebe todo el bourbon (mientras fuimos a la ve...Hace 2 años
-
¿Quién puede matar a un influencer? - Flores cortadas no lo olvides : flores cor/ta/das Gsus Bonilla Muchos me estáis preguntando por el silencioso mainstream que crece como...Hace 2 años
-
no digas que fue un sueño - A tientas he rozado muchas noches el paso lento de las horas, y tus labios con perfil de guillotina. . Y he rezado en el silencio de las mismas pidiendo d...Hace 5 años
-
-
Hombre del sur - Eran cerca de las seis. Fui al bar a pedir una cerveza y me tendí en una hamaca a tomar un poco el sol de la tarde. Cuando me trajeron la cerveza, me dir...Hace 10 años
-
Velocidad. - Vértigo triste, en tres castillos. Luto blanco anudado en una cebolla. Sirope de bronce, campanas. Gota fría, acetil. Paseo de ojos desnudados. Un euro derrr...Hace 14 años
-
-
Buscar este blog
Diana frank. Con la tecnología de Blogger.
25 junio 2008
"My name is Luca"
"My name is Luca”, tema ochentero donde los haya, suena en Kiss fm y estamos en 2008. Hace más de 18 años que conozco esta canción, mi primera canción, esa que no se borró de la cabeza de una niña de seis años. Recuerdo aquel Abril de mis clases de parvulario llevando mi alubia en algodón y agua con un largo tallo blanco; esperaba a la salida vestida con una bata de rayas verticales rosas y blancas y mi nombre bordado en la solapa; esperaba la hora para enseñarle mi proeza a mi madre, orgullosísima de mi aportación a la naturaleza y maravillada por el milagro de sacar un tallo mustio, que en aquel momento no me lo parecía, de una simple alubia.
Aquél día ella no vino, lo hizo mi tío Patxi con la furgoneta roja, le tenía miedo por la perilla que me picaba la cara cuando me besaba, al verle no paré de preguntarle hasta echarme a llorar que dónde estaba mi madre, “monta, hoy te llevo yo a casa”, le creería a pesar de mi miedo pues dejé de llorar ¿Dónde iba a ir sola una niña de seis años? Mi tío abrió la puerta del copiloto y me senté, pero al darme la alubia, el tallo frágil y largo se quebró por la mitad al rozarse con la carcasa de la furgoneta, volví a llorar, mi tío, ogro para mí, rompió mi tesoro y ya no pudo calmarme con nada, seguí así hasta que llegué a casa de mi abuela.
Eso era raro, mi merienda siempre era a la vera de mi hermano en casa y con Dama, mi bonita pastor belga, en cambio fuimos a la de mi abuela que estaba repleta de familiares, entre ellos mis primos mellizos, mi hermano y mis padres. Eché a correr donde mi madre a decirle lo enfadada que estaba por no ir a buscarme y mandar al tío que pincha. Le enseñé mi proyecto de planta, el hilo muerto de tallo que colgaba, después pregunté por la abuela, dijo que estaba en la habitación pero que no fuera, me llevó donde mis primos y mi hermano al salón, que estaba lleno de gente, toda la casa estaba llena de gente.
Vi a mi abuelo, estaba triste, entonces me di cuenta que todo el mundo estaba triste, alguien se acercó y nos dijo eso que se les dice a los niños, esas verdades a medias “Tú tía Isa está mala” “¿Dónde está?” “Luego la trae tú tío”, contestó la voz refiriéndose al asesino de alubias.
Seguía sin entender el porqué de tanta gente en esa casa, pero me sentía segura con mis primos y mi hermano. No pregunté más. Mi abuela acabó saliendo de la habitación, con las mejillas al rojo vivo, creo que pensé en el cielo o en Dios, no sé. Me abrazó, vino directa hacía a mí y habló de Isa entre lágrimas hasta que alguien, mi abuelo creo, la tomó para consolarla.
Mi Padre o mi tío regresaron después de una ausencia que me sería imposible precisar, cuando volvieron mis primos, mi hermano y yo sabíamos que Isa estaba en el cielo. Lo hablamos los peques, que la tía se había ido, todos sabíamos lo que era el cielo y ninguno se sintió triste, la tía estaba con los ángeles volando.
Mis primos se marcharon y esa noche mi hermano y yo dormimos solos en la cama de mis abuelos, yo no quería, me daba miedo, sabía que traerían el cuerpo de mi tía en un ataúd, todos lo esperaban, mientras él y yo permanecíamos acostados, los demás no iban a dormir.
-Mama, que por la noche no traigan a la tía aquí -le dije mientras nos arropaba.
Isa murió, era mi tía favorita, me planchaba los lazos, estiraba mis rizos, era después de mi madre la única persona que podía tocarme el pelo. Era hippy, la más hippy, con su pelo castaño cardado y mechas rubias, vaqueros ajustados, botines de cuero con hebillas, anillos de bronce de serpientes y espigas, que mi abuela me regaló, pero que hoy no tengo, que pena.
He aprendido a conocerla por las voces de los que la querían, mi padre y mi abuelo que ahora tampoco están, mi abuela, mi madre... Tengo 24años, los mismos que cuando ella murió en aquel accidente, iba dormida en la parte de atrás del camión de Popi. Descarrilo y ella se golpeó en la cabeza, entro en coma al instante, resistió a la ambulancia pero en el hospital ya no se pudo hacer nada, de allí regresaban mi Padre y mi tío con las malas noticias.
No volví a ver a Popi, nos invitaba a mi hermano y a mí a batidos de chocolate, los mejores batidos de mi vida, en un local más arriba de unas huertas donde había más hippys. Sé que hizo su vida, que se fue del pueblo y creo que tiene peques, me alegro, lo tuvo que pasar muy mal. “My name is Luca” esta canción era suya, Isa la escuchaba, una de sus favoritas. Y hoy he visto a mi tía en mí, un poco más como una chavalita, lejos de esa mirada de seis años donde todo parece tan grande y 24 años parecen muchos años.
No sé que soñaba mientras viajaba en ese camión junto a Popi, ni sé si paso por Madrid en uno de sus viajes, desde donde ahora yo la recuerdo. Tuvo un concierto, yo era pequeña, mi tío, el que pinchaba, por aquel entonces apenas tenía 20años, con los años resultó el tío langostino, se los devoraba todos en navidades, tenía en su antigua habitación, el cartel de un concierto de S.A en honor a su hermana, Popi se lo dedicó. Ahora lo hago yo: Gracias Isa.
Aquél día ella no vino, lo hizo mi tío Patxi con la furgoneta roja, le tenía miedo por la perilla que me picaba la cara cuando me besaba, al verle no paré de preguntarle hasta echarme a llorar que dónde estaba mi madre, “monta, hoy te llevo yo a casa”, le creería a pesar de mi miedo pues dejé de llorar ¿Dónde iba a ir sola una niña de seis años? Mi tío abrió la puerta del copiloto y me senté, pero al darme la alubia, el tallo frágil y largo se quebró por la mitad al rozarse con la carcasa de la furgoneta, volví a llorar, mi tío, ogro para mí, rompió mi tesoro y ya no pudo calmarme con nada, seguí así hasta que llegué a casa de mi abuela.
Eso era raro, mi merienda siempre era a la vera de mi hermano en casa y con Dama, mi bonita pastor belga, en cambio fuimos a la de mi abuela que estaba repleta de familiares, entre ellos mis primos mellizos, mi hermano y mis padres. Eché a correr donde mi madre a decirle lo enfadada que estaba por no ir a buscarme y mandar al tío que pincha. Le enseñé mi proyecto de planta, el hilo muerto de tallo que colgaba, después pregunté por la abuela, dijo que estaba en la habitación pero que no fuera, me llevó donde mis primos y mi hermano al salón, que estaba lleno de gente, toda la casa estaba llena de gente.
Vi a mi abuelo, estaba triste, entonces me di cuenta que todo el mundo estaba triste, alguien se acercó y nos dijo eso que se les dice a los niños, esas verdades a medias “Tú tía Isa está mala” “¿Dónde está?” “Luego la trae tú tío”, contestó la voz refiriéndose al asesino de alubias.
Seguía sin entender el porqué de tanta gente en esa casa, pero me sentía segura con mis primos y mi hermano. No pregunté más. Mi abuela acabó saliendo de la habitación, con las mejillas al rojo vivo, creo que pensé en el cielo o en Dios, no sé. Me abrazó, vino directa hacía a mí y habló de Isa entre lágrimas hasta que alguien, mi abuelo creo, la tomó para consolarla.
Mi Padre o mi tío regresaron después de una ausencia que me sería imposible precisar, cuando volvieron mis primos, mi hermano y yo sabíamos que Isa estaba en el cielo. Lo hablamos los peques, que la tía se había ido, todos sabíamos lo que era el cielo y ninguno se sintió triste, la tía estaba con los ángeles volando.
Mis primos se marcharon y esa noche mi hermano y yo dormimos solos en la cama de mis abuelos, yo no quería, me daba miedo, sabía que traerían el cuerpo de mi tía en un ataúd, todos lo esperaban, mientras él y yo permanecíamos acostados, los demás no iban a dormir.
-Mama, que por la noche no traigan a la tía aquí -le dije mientras nos arropaba.
Isa murió, era mi tía favorita, me planchaba los lazos, estiraba mis rizos, era después de mi madre la única persona que podía tocarme el pelo. Era hippy, la más hippy, con su pelo castaño cardado y mechas rubias, vaqueros ajustados, botines de cuero con hebillas, anillos de bronce de serpientes y espigas, que mi abuela me regaló, pero que hoy no tengo, que pena.
He aprendido a conocerla por las voces de los que la querían, mi padre y mi abuelo que ahora tampoco están, mi abuela, mi madre... Tengo 24años, los mismos que cuando ella murió en aquel accidente, iba dormida en la parte de atrás del camión de Popi. Descarrilo y ella se golpeó en la cabeza, entro en coma al instante, resistió a la ambulancia pero en el hospital ya no se pudo hacer nada, de allí regresaban mi Padre y mi tío con las malas noticias.
No volví a ver a Popi, nos invitaba a mi hermano y a mí a batidos de chocolate, los mejores batidos de mi vida, en un local más arriba de unas huertas donde había más hippys. Sé que hizo su vida, que se fue del pueblo y creo que tiene peques, me alegro, lo tuvo que pasar muy mal. “My name is Luca” esta canción era suya, Isa la escuchaba, una de sus favoritas. Y hoy he visto a mi tía en mí, un poco más como una chavalita, lejos de esa mirada de seis años donde todo parece tan grande y 24 años parecen muchos años.
No sé que soñaba mientras viajaba en ese camión junto a Popi, ni sé si paso por Madrid en uno de sus viajes, desde donde ahora yo la recuerdo. Tuvo un concierto, yo era pequeña, mi tío, el que pinchaba, por aquel entonces apenas tenía 20años, con los años resultó el tío langostino, se los devoraba todos en navidades, tenía en su antigua habitación, el cartel de un concierto de S.A en honor a su hermana, Popi se lo dedicó. Ahora lo hago yo: Gracias Isa.
Etiquetas:
relato
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios: