jodida y radiante

Todo empezo con la fuga, sé que no lo entiendes si lo digo así, me explico. Sólo tú además de Cris os indignasteís al preguntaros si lo conocíais.
Primero fue ella, luego tú, el orden no altera el producto, ángeles los dos.
Fue el destino, un cd de “Grandes exitos y fracasos” después, la absurda idea de conocer a Robe en pleno fenómeno fan mío, propio, atrasado. Mis amigos se reían, mi hermano con cara de “te lo dije y tú dando guerra con la Pausini” (juraré no haber dicho esto).

Le escribí una carta, parece que lo mío son las cartas, y entonces, claro, entonces la pregunta ¿Dónde coño vive Robe? Y me caí aquí. Era abril y te encontré. Fue así. Qué decirte que no sepas ya si pusiste golfa en su lugar. Tan tan, yo tenía alas sin usar.
“Mira, que voy a Madrid” “No, no vengas” “Claro chiquilla, vas a bailar, pon tú el ritmo, que yo te sigo” Perdón, si alguna vez dije que me soltabas la mano, sólo deliraba, no tengo más que darte las gracias y todas las drogas para que no tengas que elegir. Sabes que me ahogo en un vaso de agua, tú boca a boca me inspira, Wendy necesita a su peter pan. Lo dijiste una vez “mi tesoro esta escondido entre tus sabanas...” .
Tyler, capullo, te digo lo de siempre, somos amigos, eso es más que sangre, corazón y ostias, eso siginifica, te mueres, pues muero. Intento escribir todas las noches, mi Bukowski, se me pegan los sueños que tú despliegas con altavoces en retiros y provocaciones. Voy contigo, pues hoy sé que la vida no es una hipoteca a plazo fijo o una carga. Hay esperanza porque hay niños, el sol sigue saliendo y tú, ángel, sigues vivo.
Creo que era así “La poesía es un arma cargada de fúturo”, también sé que te la robaste, entonces no lo sabía y sí, lo sabía (quien me entienda, que me compre). Ladrón de frases, cantautor anglosajón y no te rías, nadie como tú canta a Sabina, y si rima, no era mi intención. Ángel, contigo tengo tema para un libro erótico, una novela de caballerías y otro de parasicología. Pero sí, es verdad, te debo unas palabras, ya que sigues ahí, presente de indicativo. Me sostienes, todavía cantas a mi oído, me haces los deberes, ¿quién te hubiese conocido con quince años? “Guapa, la has cagado, tengo mucho tiempo que perder por las noches, mi cama está muy sóla...”
Esto es pasado imperfecto, la historia continúa, con los giros que da la historia, claro. El otro día me dabas la mano, “estoy de tú lado” Y yo pensé “¿Y cuál es ese?” No lo sé, estabamos en la cama, te miré, a mi izquierda. Osea que voy derecha, me acurruqué un poquito más a tú vera y soñé. Seguro.

 Pd: Aún no sé me han acabado las palabras para agradecer a tu madre que te haya parido. Y gracias a ti también.